viernes, 29 de noviembre de 2013

EL "TAMPODKA" UNA NUEVA PRACTICA



Lo que parecía una leyenda urbana, ya no lo es. El «tampodka», concepto que pretende unir las palabras tampón y vodka (que en eso consiste, básicamente), ha llegado a Asturias. Se trata de una peligrosa moda adolescente que nació en Estados Unidos y que ya ha cruzado el charco. Consiste en impregnar un tampón en una bebida alcohólica de mucha graduación -por lo general, whisky o vodka- e introducírselo por la vagina o por vía anal, en el caso de los varones que también recurren a esta práctica.

El problema es que se trata de una moda «muy peligrosa», según los facultativos y especialistas en drogadicción. En Gijón, los hospitales de Cabueñes y Jove han atendido al menos tres casos de intoxicación etílica por 'tampodka' en los últimos nueve meses, a los que recientemente se ha sumado un cuarto protagonizado por una adolescente asturiana de 14 años, de cuya situación se desconocen más detalles.


Gijón registró tres casos de intoxicación etílica en chicas que usaron tampones con vodka. Hubo otro caso reciente en Asturias en una niña de 14 años. No es ninguna broma.
 
Todas estas jóvenes, con edades entre 14 y 19 años, llegaron al hospital con algo más que una borrachera. Dos de ellas, según pudo confirmar EL COMERCIO, ingresaron con un cuadro de coma etílico. Pese a que sus compañeros de marcha juraban que las chicas no habían ingerido una gota de alcohol, los análisis de sangre daban cuenta de todo lo contrario y constataban una alcoholemia aguda. Se trataba de un caso de absorción de alcohol por vía vaginal, «una moda que no es ninguna broma», advierte Eduardo Carreño, que dirige en Gijón una clínica para el diagnóstico y tratamiento de adicciones.

La vagina es una zona muy irrigada, por lo que el alcohol impregnado en el támpax va directamente a la sangre sin pasar por el hígado, que se encarga de metabolizarlo. «Es fácil llegar al coma», detalla Carreño, que insiste en la peligrosidad de esta nueva fórmula. Además, el alcohol provoca serios daños en la zona vaginal, «destruye la mucosa, la deja hecha unos zorros», explica de forma muy literal.

Los pediatras españoles ya han dado la voz de alarma sobre estas nuevas prácticas en su última revista Anales de Pediatría.

Mª Dolores Galán 

viernes, 22 de noviembre de 2013

LA PARADOJA DEL CANNABIS


La literatura nos muestra que el cannabis es una droga controvertida,  de ahí que nos encontremos tanto con defensores como detractores de esta sustancia. Por una parte están las connotaciones negativas, los efectos perjudiciales, el ser una sustancia ilegal, puerta de entrada a otros consumos; y por otra parte las positivas: uso terapéutico, sustancia natural. Y en medio la mezcla y total confusión de ambos.

Ciertamente existe una gran cantidad de investigaciones que nos llevan a pensar que se trata de una droga paradójica en cuanto a algunos de sus efectos. Por ejemplo, el cannabis se ha asociado tradicionalmente a la acción antiemética tras su consumo agudo, y se ha empleado en algunos pacientes para el control de náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia. Sin embargo, en 2004 se describió la hiperemesis cannabinoide (episodios recurrentes de náuseas y vómitos, con un patrón estereotipado, relacionados con el consumo de cannabis). Se trata de un efecto paradójico en consumidores crónicos de cannabis susceptibles, que surge tras años de exposición, desaparece al cese del consumo y reaparece al reanudarlo. 

No obstante, la paradoja a la que me vengo a referir es cómo los informes subjetivos de los sujetos que consumen marihuana no se corresponden con las medidas objetivas de sus capacidades cognitivas. A día de hoy los consumidores o posibles consumidores, especialmente los jóvenes, tienen una baja percepción del riesgo de esta sustancia, por un lado por la falta de repercusiones aparentes cuando se empieza a consumir la sustancia, y por otro debido a la falta de información. Información parece haber mucha, pero no siempre está organizada ni apoyada por la investigación científica (o bien se realizan afirmaciones sacadas del contexto de una investigación concreta).

Por un lado hemos de tener claras las diferencias entre el uso recreativo del cannabis y su uso médico-terapéutico. También hay que tener en cuenta que una edad de inicio temprana en el consumo de tabaco, alcohol y cannabis es un predictor de riesgo para el consumo de otras sustancias. Por último, existe evidencia científica de que el consumo de marihuana tiene el potencial de causar problemas en la vida diaria o empeorar los problemas que el usuario ya tiene. De hecho, las personas que consumen marihuana en grandes cantidades generalmente reportan tener menos satisfacción con su vida, peor salud mental y física, problemas en las relaciones y menos éxito académico y profesional en comparación con sus compañeros o amigos de origen similar. Por ejemplo, el consumo de marihuana se asocia con una mayor probabilidad de abandonar la escuela, así como con un aumento en las ausencias, retrasos, accidentes y otras repercusiones en el terreno laboral. Las investigaciones muestran que el impacto adverso del consumo crónico de la marihuana sobre la memoria y el aprendizaje puede continuar aun después de que los efectos agudos de la droga desaparecen. Las investigaciones en diferentes campos están concurriendo en el hecho de que el consumo regular de la marihuana por jóvenes puede tener un impacto negativo de larga duración sobre la estructura y la función cerebral.

Con todo ello debemos ser críticos, informar e informarnos, y aprender a contrastar informaciones. Los posibles efectos beneficiosos que pueda tener el cannabis a nivel terapéutico (por ejemplo, antiemético) no justifican un consumo recreativo que a largo plazo conlleva problemas cognitivos y de salud.




Sonia Estrella
 


viernes, 15 de noviembre de 2013

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL CONSUMO DE TABACO Y CANNABIS

¿Ayuda el consumo de estas sustancias a paliar un déficit emocional? Esta misma pregunta se ha hecho el Grupo de Investigación en Estrés y Salud (GIES) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Para responderla llevó a cabo una investigación, en la que analizaron la posible relación entre la inteligencia emocional y el consumo de tabaco y cannabis entre 133 estudiantes de psicología de la UAB, con una edad media de 21,5 años.

El término inteligencia emocional podría definirse como la capacidad de percibir, comprender y regular las porpias emociones y las de los demás con el fin de ser capaz de distinguirlas y utilizarlas para encauzar los pensamientos y las acciones posteriores. Esta capacidad está compuesta por cuatro factores:
- Percepción de las emociones. Implica la comprensión de las señales no verbales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
- Razonamiento emocional. Consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad cognitiva, ya que por su poder de focalizar la atención en determinados asuntos, ayudan a priorizar.
- Comprender las emociones. Las emociones que percibimos pueden tener una gran variedad de significados, por la diversidad de causas que pueden provocar una misma emoción.
- Manejo de las emociones. Capacidad de gestionar las emociones, tanto en el control propio, como en la regulación de éstas en los demás.

Una de las ventajas de desarrollar este tipo de inteligencia, es aprender a interactuar con los demás, así como hacer frente a un mundo social y cultural en constante cambio, con mayor eficacia. Por lo que sería beneficioso, un entrenamiento en habilidades sociales, ya que no solo incluyen la comprensión y el uso de las convenciones sociales, sino que también incorporan la capacidad de entender el "curiculo oculto", la forma en que los demás se comunican e interactúan, la reciprocidad y la capacidad de establecer relaciones interpersonales. Cuatro son las secciones claves:
- Autoestima y autoconocimiento
- Comunicación interpersonal y resolución de conflictos.
- Orientación laboral
- Educación intercultural y ciudadanía europea.

Según la investigación, los alumnos que habían comenzado a fumar, ya sea tabaco o cannabis, a una edad más joven y que fumaban regularmente estas sustancias, obtuvieron puntuaciones más bajas en las cuestiones relacionadas con la regulación emocional; parece ser que el mantenimiento del consumo, ayudaría a compensar este déficit emocional.

El nivel de comprensión emocional también parece estar relacionado con el consumo ocasional del cannabis, ya que puntuaron más bajo en esta categoría. Los jóvenes que comprenden claramente las emociones que están experimentando, junto con las situaciones en las que aparecen, son también los que consumen menos cantidad de cannabis.

El estudio sin embargo, no reveló ninguna relación entre la percepción emocional y el uso de estas sustancias.

Estos resultados nos hacen ver la importancia de poseer buenas habilidades para comprender y reparar las emociones negativas, así como las habilidades para mantener o prolongar durante más tiempo las emociones positivas; demostrando que las competencias personales son un elemento clave en la adaptación a las demandas del entorno, por lo que una educación temprana disminuiría en gran medida los inicios en el consumo de sustancias.


Olga García

viernes, 8 de noviembre de 2013

TABACO= DEPENDENCIA



¡Dependencia!, esta es una palabra que hoy en día nos horroriza. Queremos ser independientes, emocional, económicamente…en todo. Queremos valernos por nosotros mismos, no queremos que nada ni nadie coarte nuestra libertad. Perfecto, muy comprensible. Pero después nos acarreamos vicios. Como el tabaco.

No puedo afirmarlo por experiencia propia, pero es dicho popular que el primer cigarrillo no gusta a nadie, incluso que los efectos de fumar al principio son incluso muy aversivos: tos , mareo…con  lo que para que el tabaco empiece gustarte tienes que pasar por algunos episodios de esta interacción tan desagradable con dicho producto. Con lo que tiene que existir un interés concreto por nuestra parte en que nos guste el tabaco. Para después en algunos casos llegar a engancharnos a una sustancia que está ampliamente demostrado que es muy nociva para la salud tanto del fumador como de los que le rodean, y que si consumimos en gran cantidad llega a suponer un gasto económico importante. 

Y en ocasiones se produce una verdadera dependencia: personas que necesitan salir cada cierto tiempo a fumar, que no rinden igual en su trabajo por el nerviosismo que le produce no poder fumar todo lo que le apetece, que incluso se ponen de muy mal humor si no pueden fumar.

Muchos fumadores dicen poder dejarlo en cualquier momento, yo les animo a que lo hagan. Se librarían de una importante carga. Estarían dejando de lado algo que realmente está coartando su preciada libertad. 

Porque como he dicho antes, queremos ser libres, pero nos atamos al tabaco. No es sano, es caro, y ni siquiera casa con los ideales de la mayoría de nosotros.

Por supuesto que los fumadores tienen la libertad de seguir siéndolo. Pero serían mucho más libres si lo dejaran. 

G.F. (Asistente a las I Jornadas de Bienestar psicológico y promoción de salud entre iguales) 




viernes, 1 de noviembre de 2013

¿DROGARSE PARA DIVERTIRSE?

En numerosas ocasiones de nuestra vida o al menos alguna vez hemos tomado algún tipo de droga con la excusa de “Me lo paso mejor así”, pero... ¿Creemos realmente esto es así? ¿No lo pasamos mejor? 

Aunque en un primer momento pensemos que si tomamos cualquier tipo de sustancia la diversión va a ser mayor, esto no es realmente cierto. Quizás en un primer momento por el efecto inhibidor que tienen las drogas nos lo parezca, pero ese efecto no dura una eternidad…Si nos paramos a pensar los efectos negativos que producen las drogas tienen mayor peso y repercuten mas en nosotros que los efectos positivos.

Los efectos positivos duran unos instantes, extroversión, desinhibición, locura, alegría…Pero los efectos negativos tienen efectos durares, que pueden ser para toda la vida e irreversibles… 

Algunos de los efectos negativos que pueden causar las drogas son los siguientes: riesgo en el uso de drogas posteriormente, fracaso escolar, riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas, suicidio…

Además de las consecuencias negativas ya nombradas hay muchas más que pueden ser incluso más dañinas.
No somos conscientes de los problemas que pueden acarrear el uso excesivo de las drogas, pero hay que saber sus efectos negativos y saber decir que no, a quienes nos la puedan ofrecer. 

Porque… realmente merece la pena un momento de felicidad extrema a una vida de dependencia y desgracia. No solo perjudicas tu salud y te haces daño a ti mismo, también perjudicas a los de tu alrededor a consecuencia de tus comportamientos y actitudes.

Natalia Gámez