viernes, 15 de noviembre de 2013

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL CONSUMO DE TABACO Y CANNABIS

¿Ayuda el consumo de estas sustancias a paliar un déficit emocional? Esta misma pregunta se ha hecho el Grupo de Investigación en Estrés y Salud (GIES) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Para responderla llevó a cabo una investigación, en la que analizaron la posible relación entre la inteligencia emocional y el consumo de tabaco y cannabis entre 133 estudiantes de psicología de la UAB, con una edad media de 21,5 años.

El término inteligencia emocional podría definirse como la capacidad de percibir, comprender y regular las porpias emociones y las de los demás con el fin de ser capaz de distinguirlas y utilizarlas para encauzar los pensamientos y las acciones posteriores. Esta capacidad está compuesta por cuatro factores:
- Percepción de las emociones. Implica la comprensión de las señales no verbales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
- Razonamiento emocional. Consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad cognitiva, ya que por su poder de focalizar la atención en determinados asuntos, ayudan a priorizar.
- Comprender las emociones. Las emociones que percibimos pueden tener una gran variedad de significados, por la diversidad de causas que pueden provocar una misma emoción.
- Manejo de las emociones. Capacidad de gestionar las emociones, tanto en el control propio, como en la regulación de éstas en los demás.

Una de las ventajas de desarrollar este tipo de inteligencia, es aprender a interactuar con los demás, así como hacer frente a un mundo social y cultural en constante cambio, con mayor eficacia. Por lo que sería beneficioso, un entrenamiento en habilidades sociales, ya que no solo incluyen la comprensión y el uso de las convenciones sociales, sino que también incorporan la capacidad de entender el "curiculo oculto", la forma en que los demás se comunican e interactúan, la reciprocidad y la capacidad de establecer relaciones interpersonales. Cuatro son las secciones claves:
- Autoestima y autoconocimiento
- Comunicación interpersonal y resolución de conflictos.
- Orientación laboral
- Educación intercultural y ciudadanía europea.

Según la investigación, los alumnos que habían comenzado a fumar, ya sea tabaco o cannabis, a una edad más joven y que fumaban regularmente estas sustancias, obtuvieron puntuaciones más bajas en las cuestiones relacionadas con la regulación emocional; parece ser que el mantenimiento del consumo, ayudaría a compensar este déficit emocional.

El nivel de comprensión emocional también parece estar relacionado con el consumo ocasional del cannabis, ya que puntuaron más bajo en esta categoría. Los jóvenes que comprenden claramente las emociones que están experimentando, junto con las situaciones en las que aparecen, son también los que consumen menos cantidad de cannabis.

El estudio sin embargo, no reveló ninguna relación entre la percepción emocional y el uso de estas sustancias.

Estos resultados nos hacen ver la importancia de poseer buenas habilidades para comprender y reparar las emociones negativas, así como las habilidades para mantener o prolongar durante más tiempo las emociones positivas; demostrando que las competencias personales son un elemento clave en la adaptación a las demandas del entorno, por lo que una educación temprana disminuiría en gran medida los inicios en el consumo de sustancias.


Olga García

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