Las anfetaminas estimulan el
Sistema Nervioso Central. Se presentan en forma de pastillas o cápsulas
de diferentes formas y colores. Entre sus efectos psicológicos están:
agitación, euforia, sensación de autoestima aumentada, verborrea y
alerta constante. Entre los fisiológicos: falta de apetito, taquicardia,
insomnio, sequedad de boca y sudoración.
La
historia de esta droga se inicia en los años 20. Los primeros en
experimentar con ella fueron los militares de varias naciones,
especialmente la fuerza aérea, para reducir la fatiga y aumentar la
alerta en soldados.
Aunque
no lo creáis, nuestros abuelos ya tenían acceso a estas sustancias,
siendo usada con fines farmacoterapéuticos. Se comprobó que la
anfetamina elevaba la presión sanguínea, contraía los vasos y dilataba
los sacos bronquiales. Por esto, se comercializó como inhalador para
personas con problemas pulmonares, la Benzedrina. Además también sería
usadas para fines tan variados como la narcolepsia, la obesidad, la
depresión, el TDAH en niños y adultos y la rehabilitación de alcohólicos
y drogadictos. Durante estos años se podía acceder a esta droga en
cualquier farmacia.
Después
de la Guerra Civil surge un uso masivo y generalizado de anfetaminas,
conocidas internacionalmente como "la droga española" por lo fácil que
era esta droga de adquirir en nuestro país.
Tras
la muerte de Franco, se crea una red clandestina de tráfico de drogas
vinculada a grupos sociales marginados y sectores de ciudadanos de
ámbito geográfico perjudicado por las reconversiones industriales y
económicas.
En
los 80 esta sustancia se vende de manera ilegal pero ya como
estimulante. La dispensación indiscriminada del producto, unida la
desconocimiento público respecto a sus peligros potenciales y la
ausencia de un sistema idóneo de vigilancia, desencadenó abuso y
adicción. Esto supuso un retroceso en el uso de esta droga con fines
farmacológicos.
Actualmente
las anfetaminas tienen un carácter recreativo, asociado a jóvenes y
largas noches de fiesta sin dormir. Además son muchos los adolescentes y
ejecutivos que las toman con la finalidad de mejorar su rendimiento
académico y laboral. Sabemos que la toma de grandes cantidades son muy
perjudiciales para la salud tanto física como mental, pero debemos
conocer que en dosis controladas por médicos, sus efectos son
beneficiosos en déficit de atención.
Esta
sustancia no debe administrarse con el fin de aldelgazar. Es cierto que
uno de sus efectos es la pérdida de apetito, pero un uso combinado de
las mismas para tal fin nos puede salir muy caro. Así que lo mejor es
recurrir a la dieta mediterránea y el ejercicio.
En
este recorrido vemos como el inicio de algo inocente en beneficio de
todos, se convierte en un monstruo de colorines que ataca a todos
aquellos que eligen el camino fácil.
Rocío Gay
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