Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples.
Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 u 8 horas (otro de los factores que aumenta su consumo). Los adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios días. Eso genera un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de disociación psíquica apenas distingibles de lso que caracterízan a una esquizofrenia de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis altas (especialmente por vía parenteral); en estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica.
Como desde COLOKATE no nos gusta dejarnos nada atrás comentaremos para acabar con esta parte de nuestra serie dedicada a las metanfetamina, los tipos de consumo y algunas consecuencias derivadas de algunas de ellas.
Cabe destacar ya para terminar el rápido deterioro físico al que se ven sometidos los usuarios del crsital, ya que solo en varios años cambian totalmente su apariencia física.
Desde COLOKATE nos despedimos animándoos a no perderos nuestro último post de la serie en que hablaremos de la reciente fama de la metanfetamina y todo el marketing y publicidad que rodea a esta destructiva droga.
Antonio García