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viernes, 6 de diciembre de 2013

DROGAS Y ADICCIONES EN LOS JOVENES



 ¿Cómo ayudar a combatirlas y prevenirlas?

Las adicciones son una alternativa a la que recurren los jóvenes cuando no pueden o no saben cómo manejar los problemas o situaciones que sienten les acosan, y que parecen cada vez ser más graves. La salida más común para un problema que no encuentra como resolverse es la evasión. Y las drogas, el alcohol, comer en exceso, etc. son adicciones que pueden son un medio fácil para escaparse de lo que les provoca dolor, inseguridad, temor, etc.

¿Qué son las adicciones?

Son muletillas o refugios que dan placer, libertad, seguridad y fuerza momentánea, pero cuando pasa el efecto, hay una fuerte recaída, y el jóven suele sentirse peor de lo que se sentía. Esto provoca una necesidad de ellas, sin contar con que muchas adicciones como las drogas y el alcohol, en el nivel biológico, crean reacciones que acentúan su necesidad de consumo. 

¿Por qué los jóvenes se vuelven adictos a algo?

Aunque parezca difícil de creer, no es que un joven elija ser adicto, sino que las circunstancias lo llevan la mayor parte de las veces a buscar estimulantes externos porque son un soporte o muletilla para no caerse en la confusión o el dolor emocional que pueden sentir. Los jóvenes buscan estos refugios  o escapes porque en el fondo no saben que hacer con lo que sienten y viven. Algunos ejemplos que provocan que los jóvenes lleguen a esta salida son: rechazo constante, juicios hacia lo que es y siente el joven, castigo y critica constante, reproches, abandono emocional, falta de apoyo o guía emocional, no ponerle límites de pequeño (lo que crea mucha inseguridad), padres exigentes y perfeccionistas, abuso moral o físico, falta de un ambiente de seguridad y dignidad.  

Dependencias, crisis y cultura emocional

Las crisis que suelen padecer muchos jóvenes se deben en gran parte a que la educación ha descuidado en la mayor parte de las escuelas la cultura emocional. La mayoría de los padres de familia y maestros arrastran este rezago, no comprenden lo que sienten, la cultura nos enseña a negar y disfrazar lo que sentimos, a tratar de ser lo que no somos, a compararnos, a estar en competencia, a crear posturas falsas, a dar órdenes, a juzgar, etc. Se carece de una comprensión profunda acerca del mundo emocional, se tiene un pobre entendimiento de cómo manejar el estrés, el miedo, el enojo, etc. Y como no se sabe que hacer con esto entonces lo callamos, lo frustramos, lo evadimos, y pasamos estas inseguridades y carencias a los hijos y alumnos, los cuales más tarde se sentirán igualmente inseguros y poco hábiles para manejar la cantidad de información y experiencias que en la vida actual suceden con tanta rapidez, no dando ni siquiera el tiempo de poder hablarlo ni valorarlo en casa.  Muchos padres tiene prisas todo el día, algunos llegan llenos de estrés y de problemas, no están en condiciones de escuchar a sus hijos.
Los maestros, por otro lado, tienen que atender a muchos niños en el aula, el tiempo para que un niño participe en clase es muy poco, el diálogo se ausenta cada vez más. Por otro lado, gran parte de internet sólo bombea información que muchas veces no es apta para jóvenes y menos para los niños, hay noticias (muchas veces muy violentas), páginas que bombean una perspectiva del sexo y el amor muy pobre, cierto que hay páginas que son en verdad de calidad, pero a esta edad los jóvenes todavía no distinguen muy bien que es eso de “calidad” ellos buscan lo más fácil y lo que les represente menos conflicto o molestia, y lo que les de un placer lo más rápido posible. Y la televisión, por otro lado, se la pasa vendiendo cosas y acentuando comportamientos de consumo para ser aceptado, al igual que internet, muchos programas son en verdad de muy bajo valor cultural. ¿Dónde entonces queremos que los niños y jóvenes se refugien?

Juan Carlos Quero 

J

viernes, 24 de mayo de 2013

TABACO: UNA VERDADERA ADICCION

Durante las últimas décadas, el tabaquismo se ha convertido en uno de los problemas de salud más severos, al encontrarlo relacionado con diversas enfermedades graves, ya que va ocasionando daños irreversibles en la mayoría de los órganos del cuerpo.

Hay pocas enfermedades que tengan una incidencia tan alta en la población como el tabaquismo. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud realizada por el Ministerio de Sanidad, el 34% de los españoles mayores de 16 años se declara fumador. El grupo con un porcentaje más alto de fumadores es el de personas con edades comprendidas entre 24 y 44 años, pero el consumo de tabaco comienza en la adolescencia.

Esta enfermedad, considerada como una adicción de riesgo voluntario, es muy difícil de abandonar y controlar, por lo que una vez iniciado el hábito es sumamente difícil dejarlo. La nicotina es una sustancia con gran capacidad adictiva. Cada vez que el fumador da una calada a su cigarrillo, la nicotina que inhala pasa directamente a su sangre a través de los alveolos pulmonares, alcanza el sistema nervioso central y estimula el sistema dopaminérgico mesolímbico, la parte del cerebro responsable de regular nuestras sensaciones de placer. Al estimular ese centro, se produce una sensación placentera que despierta en la persona que ha inhalado la sustancia el deseo de consumirla otra vez, creando en poco tiempo una adicción similar a la que provocan la heroína y la cocaína. El conocimiento de este mecanismo fisiológico ha provocado que en la actualidad, el tabaquismo se considere una drogodependencia. De hecho, la Organización Mundial de la Salud la ha catalogado como "enfermedad adictiva crónica" en la última edición de su Clasificación Internacional de las Enfermedades.

¿Cuales son los beneficios de dejar de fumar? 
  • Para la salud: La mejoría se empieza a sentir nada más abandonar el tabaco y va aumentando gradulamente hasta que pasados unos quince años el riesgo de muerte del exfumador se iguala con el de una persona que nunca haya fumado.
  • Para la autoestima: Dejar de fumar hace que estas personas se sientan más fuertes, pues ha sido capaces de controlar su adicción, y les proporciona una nueva sensación de libertad. 
  • Para el bolsillo: Dejar de fumar supone una reducción considerable de los gastos diarios.
  • Para disfrutar de la vida: Pro si esto fuera poco, la persona que deja de fumar experimenta a las pocas semanas una mejoría en sus sentidos del gusto y del olfato. Al dejar de fumar, los olores y sabores regresan en todo su esplendor y el antiguo fumador puede volver a disfrutar de las comidas, los perfumes, los aromas naturales...
  • Para el aspecto físico: El conocimiento científico ha confirmado que la piel de los fumadores tiene más tendencia a desarrollar arrugas que la de los no fumadores. La piel del fumador es más seca y las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo actúan sobre ella rompiendo las fibras del colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas. Tampoco hay que olvidar que muchos fumadores, a pesar de seguir unos escrupulosos hábitos higiénicos, tienen manchas de nicotina en los dientes y en las uñas, su pelo y su ropa huelen a tabaco y su aliento es poco agradable. 
Rocío Gay 

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viernes, 22 de marzo de 2013

ADICCION AL SEXO¿MITO O REALIDAD?

Al leer el título y después de las risillas que puede producir el tema, algunos de vosotros pensareis... ¿me pasará a mi? Bueno, para tranquilzaros y como siempre decimos en COLOKATE, las conductas implican un problema cuando afectan a la capacidad de las personas de llevar una vida normal, perjudicando las relaciones familiares, sociales y laborales. Mientras que viváis vuestra sexualidad de una manera sana y siempre con el consentimiento de la otra persona, podéis experimentar y probar lo que queráis ya que el límite lo ponéis vosotros.

La adición al sexo o hipersexualidad, es un trastorno que según los expertos afecta al 6% de la población.  Las personas afectadas buscan satisfacer sus continuos deseos sexuales a través de una conducta reprochable para la mayoría de personas y por tanto produce gran ansiedad y vergüenza. Este trastorno en de tipo obsesivo- compulsivo de manera que las personas que lo padecen no pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos. Una persona no es adicta al sexo simplemente porque le guste practicarlo mucho, sino cuando esa práctica interfiere en una grado importante en su actividad cotidiana y en la de los que le rodean.

Existen una serie de características comunes para las personas que sufren este trastorno:
  • Patrón repetido de fantasías sexuales y recurrir al sexo en respuesta a estados de ánimo desagradables como el estrés o la depresión. 
  • Suelen recurrir a la masturbación de forma compulsiva y a consumir mucha pornografía. 
  •  Son promiscuos y proclives a encuentros sexuales de una sola noche ya sea con desconocidos o prostitutas.
  • Algunos recurren al voyeurismo o el exhibicionismo para satisfacer sus necesidades.
  • El factor riesgo es fundamental para un adicto al sexo. Sin importar lo que esté en peligro esta persona siempre querrá sexo.
  • La culpa y la vergüenza tienden a ser consecuencia de la adicción al sexo.
El primer paso para iniciar un tratamiento es reconocer que se tiene un problema. El tratamiento para este tipo de adicciones normalmente se enfoca en controlar el comportamiento adictivo para poder desarrollar una sexualidad sana y tener una vida normal. La terapia individual, de grupo y en algunas ocasiones los fármacos pueden ayudar.

Rafa Marcos